La Fibromialgia y el Síndrome de Fatiga Crónica afectan a entre el 2% y el 4% de la población vasca. Los tratamientos farmacológicos, endovenosos y la estimulación magnética transcraneal son algunas de las alternativas para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
"La fibromialgia es una enfermedad crónica que se caracteriza por un dolor generalizado musculoesquelético, acompañado de fatiga, trastornos del sueño, alteraciones del estado de ánimo y dificultades cognitivas", explica el doctor Fernando Torre Mollinedo. Las personas con síndrome de fatiga crónica, por su parte, explica el doctor Rubén Álvarez, "sienten un cansancio extremo que no mejora con el descanso y que se acompaña de otros síntomas como dolores musculares, cefaleas y problemas de concentración". Ambas enfermedades están relacionadas porque los pacientes con Fibromialgia tienen como uno de sus síntomas la fatiga; "cuando llegan a consulta solemos preguntarles qué prevalece más, qué síntoma afecta más a su calidad de vida" señalan los profesionales de las unidades del dolor.
El diagnóstico de estas enfermedades puede ser complejo, ya que no existe una prueba específica. "Los pacientes con estos síntomas son incomprendidos por la sociedad general y por ciertos grupos médicos. Por nuestra parte, desde las unidades del dolor tratamos de concienciar, visibilizar y orientar hacia diagnóstico y tratamientos que mejoren la calidad de vida de estas personas" destaca el doctor Álvarez. Para el doctor Torre Mollinedo "es fundamental realizar una historia clínica completa, descartar otras patologías que puedan presentar síntomas similares, personalizar y realizar un abordaje integral".
Estas enfermedades, que afectan a entre el 2% y el 4% de la población vasca, son crónicas y los tratamientos para mejorar la calidad de vida de los pacientes han evolucionado en los últimos años. Los tratamientos con fármacos neuromoduladores, que incluyen antidepresivos, anticonvulsivantes, se combinan con analgésicos y relajantes musculares para aliviar el dolor, la fatiga y mejorar el estado de ánimo. También hay recomendaciones en cuanto al estilo de vida, como una dieta saludable, ejercicio regular y técnicas de relajación, que pueden contribuir significativamente al bienestar general de los pacientes. Una segunda fase de actuación en el abordaje son los tratamientos endovenosos "con fármacos como la lidocaína o el magnesio que mejoran especialmente la hipersensibilidad al roce. Algo tan cotidiano como el roce de una sábana o camiseta, afecta de forma aumentada en estos pacientes y les condiciona notablemente en sus actividades del día a día", señalan desde las unidades del dolor.
Ambos especialistas coinciden en que en aquellos casos en los que otras terapias no sean suficientes, la estimulación magnética transcraneal es una opción terapéutica "que favorece la plasticidad neuronal, es decir, creamos nuevas vías para que la información viaje por el cerebro y evite las vías que generan dolor", explica el doctor Rubén Álvarez. Se trata de una técnica no invasiva e indolora que, entre otras cosas, "sirve para disminuir el dolor con el empleo de campos magnéticos. Requiere de 20 sesiones, cada una con duración aproximada de 20 minutos y que se pautan de forma personalizada", destaca Torre Mollinedo.
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Fuente original: Comunicae.es.