El tratamiento del párkinson debe tener en cuenta sus síntomas no motores, como la demencia

El tratamiento de la enfermedad de Parkinson debe tener en cuenta sus síntomas motores y no motores, como la demencia asociada o los problemas de sueño. Esta es una de las conclusiones del curso NeuroUpdate en trastornos del movimiento organizado por el Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento (GETM) de la Sociedad Española de Neurología (SEN), con la colaboración de AbbVie. Como explica el doctor Pablo Mir Rivera, neurólogo del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, y coordinador del curso, “aunque tradicionalmente los síntomas no motores del párkinson no eran tenidos en cuenta, y pueden pasar desapercibidos al no ser tan llamativos como los temblores, hemos comprobado que pueden suponer un impacto considerable en la calidad de vida de los pacientes. Es por ello que hemos querido trasladar dicha información a los nuevos neurólogos”. Este curso formativo tiene un carácter virtual y está dirigido a neurólogos jóvenes.

Durante el curso, celebrado los días 11,12, 18 y 19 de febrero, se está aportando una visión general y práctica de cómo aproximarse a los pacientes con diferentes patologías neurológicas motoras. Por otro lado, se ha explicado cómo realizar un diagnóstico correcto a partir de los síntomas, dando especial relevancia a la enfermedad de Parkinson, un trastorno que afecta a unas 150.000 personas en España según datos de la SEN[1].

Como señala el doctor Mir Rivera, “estamos aún conociendo todos los aspectos de la enfermedad de Parkinson, más allá de los temblores o las dificultades motoras, e intentando identificar el mejor tratamiento. Por ello hemos querido darle mayor protagonismo en el programa del curso”. Indica también que, gracias a ello, los neurólogos hoy conocen que los enfermos de párkinson pueden desarrollar un tipo de demencia con características que la diferencian del alzhéimer, como las alucinaciones visuales.

Los profesionales sanitarios a cargo del curso han incidido asimismo en la importancia del diagnóstico diferencial del párkinson con respecto a otras enfermedades neurológicas. El neurólogo coordinador de la formación argumenta que, “la clave para el diagnóstico diferencial es la semiología, conocer las características de cada trastorno del movimiento”. En este sentido los materiales del curso permiten a los asistentes ser capaces de reconocer mucho mejor los diferentes trastornos del movimiento, especialmente el párkinson. Su importancia radica en la ventana de oportunidad que abre para los pacientes un diagnóstico certero. “Si identificamos correctamente la enfermedad, podremos comenzar a realizar el mejor tratamiento para los pacientes de párkinson lo antes posible, contribuyendo así a su bienestar”.

La implicación de pacientes y cuidadores es clave para el tratamiento
Tras el diagnóstico de párkinson u otros trastornos del movimiento, la implicación de los pacientes y cuidadores en su tratamiento es clave. En este sentido, los especialistas han señalado durante el curso la importancia de que los pacientes mantengan una vida activa y realicen ejercicio de forma periódica. Así como, en el caso de que comiencen a notar fluctuaciones, anoten las horas en que esto ocurre y en qué condiciones se repite para explicarlo con detalle a su médico y que este pueda realizar los ajustes necesarios en la medicación.

Pablo Mir Rivera explica además que “es bueno que los pacientes de párkinson estén informados y conozcan que existen terapias de segunda línea que se utilizan cuando la enfermedad progresa y no se consigue un buen control de los síntomas. Esto es una ventana de oportunidad que los neurólogos jóvenes deben conocer para un abordaje temprano de los síntomas y para ayudar a favorecer la calidad de vida de los pacientes”.

La pandemia ha abierto la puerta a la telemedicina en neurología
La Covid19 ha provocado consecuencias negativas para los pacientes de trastornos del movimiento. Entre ellas los neurólogos destacan el retraso en el diagnóstico de pacientes recientemente derivados al especialista a causa de la saturación asistencial, o un empeoramiento de los síntomas en un 66% de personas con enfermedad de Parkinson, según un estudio avalado por la SEN[2]. A pesar de ello, los profesionales sanitarios también extraen conclusiones positivas del impacto de la pandemia.

La proliferación de las consultas vía telefónica y telemática ha propiciado que los especialistas se adapten a estos nuevos canales y sean capaces de tomar decisiones terapéuticas en base a la información obtenida por medios no presenciales. En palabras del doctor Mir Rivera, “esto nos ha abierto los ojos tanto a los neurólogos como a los pacientes, porque es un tipo de asistencia que puede ser complementaria a la actividad asistencial presencial”. A pesar de ello recalca que las consultas presenciales siguen siendo fundamentales para pacientes nuevos, que no se conocen, y a quienes se debe realizar un diagnóstico preciso en base a sus síntomas.

[1] https://www.sen.es/saladeprensa/pdf/Link238.pdf

[2] https://movementdisorders.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/mds.28261


Fuente original: Comunicae.es.

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